Elizabeth Olsen tuvo pesadillas mientras filmaba la película de terror independiente Silent House de 2011 . “Incorporamos uno [de mis sueños] a la película”, dijo a IndieWire . “Fue realmente, realmente inquietante”. Por múltiples razones, es fácil ver por qué. Silent House , basada en la película uruguaya de 2010 La Casa Muda del director Gustavo Hernández , ejecuta su premisa estilística demasiado bien como para llamarla “ sólo una película de trucos “. Los cineastas Chris Kentis y Laura Lau , el matrimonio detrás del aterrador horror de supervivencia Open Water de 2003 , filmaron su segunda película de bajo presupuesto en la línea de Rope de Alfred Hitchcock : una narrativa estilizada como una toma continua. Spoiler: el experimento funciona. Kentis y Lau entienden el lenguaje del cine, el género de terror y cómo ambos elementos se cruzan, y utilizan esa perspicacia al máximo (si bien se restringe sabiamente cuando es necesario). El estilo en tiempo real de Silent House complementa y mejora su historia , especialmente en una era que ya estaba alcanzando el pico de sobresaturación del metraje encontrado . Sarah, el personaje de Olsen y protagonista de la película, experimenta un trauma psicológico incesante en formas que no se revelarán por completo hasta el final. Silent House resume esas desgarradoras sensaciones y las hace eco al espectador a través de técnicas cinematográficas fundamentales, y Olsen es el arma secreta de la película .

¿De qué se trata ‘Casa silenciosa’?

Laura Lau, guionista de Silent House , estudió La Casa Muda , una película que también se construyó para parecerse a una sola toma y que, según se informa, se basó en una historia real de la década de 1940, pero llevó su interpretación en nuevas direcciones. En su tercer papel cinematográfico , Elizabeth Olsen interpreta a Sarah, una joven que ayuda a su padre John ( Adam Trese ) a arreglar su casa de verano victoriana. Aunque Sarah se siente cómoda con John y su tío Peter ( Eric Sheffer Stevens ), actúa retraída y reservada cuando Sophia ( Julia Taylor Ross ), una mujer que dice ser amiga íntima de la infancia de Sarah, llega a su puerta. Sarah no puede recordar a Sophia y culpa torpemente a su mala memoria. Una vez que Sophia y Peter se marchan, Sarah y John se ponen a trabajar clasificando la miscelánea y empacando cajas, la parte tediosa de la mudanza que todos odian. Pasan apenas unos minutos antes de que Sarah escuche un ruido extraño. Está preocupada por el bienestar de su padre, especialmente cuando John no responde sus llamadas. Se aventura en la casa en ruinas sólo para ver confirmados sus peores temores: unos extraños han invadido y herido gravemente a John , e inmediatamente amenazan a Sarah, que huye y se esconde . Indique esos 88 minutos de terror.

En una entrevista promocional con Bloody Disgusting , Lau (junto con Chris Kentis) reveló el extenso proceso detrás de la transferencia del guión de Silent House del papel a la pantalla. “[El guión] en realidad sólo tenía 55 páginas”, explicó. “Nos preguntamos si el tiempo se alargaría correctamente, porque no hay cortes. No hay manera de arreglar nada en la posproducción, tiene que tener un ritmo perfecto cuando lo disparas”. Para asegurarse de que sus ambiciones de una sola vez fueran factibles, la pareja “representó” el guión en el lugar como un dúo, bloqueando la coreografía y el tiempo a medida que avanzaban. Una vez que completaron los ritmos en tiempo real que el guión de Lau no podía transmitir, Silent House promedió un tiempo de ejecución perfecto.

¿Qué hace que ‘Silent House’ sea tan aterradora?

El cine es colaborativo. Se requieren múltiples departamentos dotados de innumerables miembros del equipo y que esos departamentos formen una unidad cohesiva: diseño de sonido y mezcla, partitura, iluminación, cámara. Silent House utiliza todos los departamentos y trucos del libro para crear meticulosamente una atmósfera estresante . El ritmo se toma el tiempo para presentar a los personajes sin desperdiciar el tiempo de ejecución: la cámara se detiene en los dedos de Sarah mientras se deslizan sobre las flores en un campo, un momento de tranquilidad que habla de su personalidad pensativa. En momentos de peligro, la cámara está casi insoportablemente cerca de Sarah, lo que nos convierte en sus compañeros en esta peligrosa experiencia. Estamos confinados a la fuerza con ella debajo de una mesa o empujados claustrofóbicamente en rincones estrechos. Las cámaras temblorosas y los sobresaltos acentuados con aguijones musicales se utilizan escasamente. En cambio, la partitura de Nathan Larson actúa como una mejora dramática, a veces mezclándose de manera indistinguible del ruido ambiental. Y ese ruido ambiental aumenta la tensión más que cualquier otra cosa: cada sonido importa. Cada crujido, respiración y traqueteo podría significar la muerte.